InicioNoticiasEN EL CLOSET DEL...

EN EL CLOSET DEL CONFLICTO: COMO TODAS Y COMO NINGUNA II

SEGUNDA PARTE.

Encontrándonos muy cerca del final de la guerra con las Farc, divulgamos la historia de una víctima de la violencia quien desde su trágico relato clama por una paz justa para todos los actores del conflicto.

Eran las tres de la tarde, lo recuerdo bien, porque la habitación donde nos encontrábamos se hizo diminuta y el aire pareció abandonarnos por un breve momento, así que ambos lo buscamos en un suspiro. Fue una pausa necesaria para ambos pues acababa de narrar lo que calificó como el doble dolor, ese que desconcertaba, generaba ansiedad y se manifestaba en un hormigueo, una sensación incómoda acompañada de un vacío incalculable,   el mismo que dejó la ausencia de su padre y el crimen de su esposo.

La señora Blanca me había invitado a una habitación en la sede del Movice, una casa grande donde víctimas del conflicto se reúnen en función de la movilización social en contra de los agentes criminales del conflicto, ya sean constitucionales o ilegítimos. A sus cincuenta y tres años Blanca Díaz había perdido a su esposo a manos de grupos paramilitares del bloque norte que operaban en la región, un crimen que quedaría en la impunidad.

Tras unos segundos le ofrecí un vaso de agua; luego de un sorbo y un par de suspiros note la diminuta habitación y en mi recorrido volví a contemplar a Zuka a sus espaldas en un mural enorme, el mismo que la acompaña cuando se dirige en compañía de los integrantes del movimiento en clamor de justicia.

Sonreía al hablar de Zuka, habló de su belleza y de su inteligencia, de cómo crecía despierta y alegre, de cuánto quería estudiar, de cuánto le gozaba aprender, de cómo a sus quince años sentía su fortaleza, la misma que la acompañó en medio de ese doble dolor; fue entonces cuando aquellos ojos despiertos pasaron a buscar explicaciones en el infinito, todo entre el lamento de un suspiro que cargaba el aire y nos hacía revivir la pausa.

Zuka.

Mi hija Irina con 15 años decidió  iniciar en la venta de manualidades artísticas y ropas, esto con el fin de obtener suficiente dinero como para comprar  los materiales necesarios para elaborar recordatorios en honor a su abuelo. Yo permanecía ocupada entre las diligencias de las autoridades indígenas y ordinarias apersonándome de la difícil situación de mi esposo. Ante la pasividad de las autoridades y con el pasar de los meses, dejé pasar la situación resignada en mi indignación.

La muerte de mi esposo era uno de tantos que en esa época se traducirían en cientos. El colectivo wayúu parecía estar en la mira selectiva de los grupos al margen de la ley. Apróximadamente 1600 miembros de la comunidad wayúu  fueron asesinados por los grupos ilegales y paramilitares, determinando en aquel año el punto más álgido de la violencia en la región.

Después de varias semanas mi familia y yo empezábamos a dar síntomas de recuperación, paulatinamente mejoraba el ánimo y entre el apoyo de mis hijos decidí entregarme a mí comunidad buscando ofrecer una mejor versión de mí para los míos. Una madre debe mantenerse fuerte ante las adversidades como ejemplo para sus hijos, por lo que aporté mis conocimientos médicos para aliviar el padecimiento de la comunidad, y, de paso, mantenerme ocupada pretendiendo aliviar el dolor tras las difíciles semanas.

Fotografía: Carlos Quiñonez

En esos tiempos se celebraba el día de las madres, Irina me había prometido una salida a la cual accedí. Aquel 15 de Mayo mi hija me desalojó de la cocina, me mimó y llevó a bailar en la noche, todo luego de haber comprado ropa apropiada para la ocasión. Recuerdo que Irina tenía muy buen gusto al vestir y prefería comprar poco a mayor calidad que mucho a menor, también recuerdo su esfuerzo por hacer algo especial de aquella tarde. “Zuka”, como la llamaban en nuestra comunidad, se adornó para celebrar y compartir conmigo, disfrutamos mucho, lo noté en su sonrisa.

El dieciséis de mayo Irina amaneció indispuesta por lo que la atendí, le apliqué sueros y otros medicamentos para aliviar su malestar, más tarde se repuso y organizó su equipaje para el viaje que había planeado con antelación en ocasión de las fiestas regionales en las que Irina celebraría, vendería sus artesanías, probablemente visitaría a su Padre y regresaría prontamente; no sale de mi retina la imagen de mi hijo Rubén, tomando a Irina con sus manos y advirtiéndole: “mami, no estés andando sola, porque tu estás muy bonita y te pueden hacer daño”, casi haciendo una predicción del devenir a consumarse.

Irina partió dos días después centrada, alegre y expectante por asistir al festival indígena que realizaba la comunidad wayúu en Uribía. Aquella mañana sería la última y la primera de mi nueva vida, el último abrazo, la última vez que la vería. A pesar de todo y en principio no me preocupé, la  incertidumbre fue sembrada en las advertencias de Rubén, pero Irina se marchó y por última vez contemplé su silueta abandonar nuestro hogar, no regresaría jamás.

Aquellos días Irina debía estar presente en los eventos deportivos del festival, razón por la cual, justificamos la falta de comunicación de su parte. Sabíamos que Irina había estado presente en San Juan, saludó a su abuela y buscó visitar la tumba de su padre, pero no tuvo éxito debido a condiciones de transporte así que lo habría postergado anunciando que llegaría a Valledupar, todo esto mientras yo  la imaginaba atareada en los eventos deportivos del festival.

Esa noche del veintiséis de Mayo del 2001, una extraña sensación habitaba mi cuerpo, una picazón incomoda. La describo como si hormigas recorrieran mi cuerpo de arriba abajo, una sensación molesta que me llevo a la ducha para tomar un baño que no calmaría tal sensación y una molestia que me llevaría a divagar entre círculos dentro de mi patio, una amiga se me acercó en la noche y al ver mis reacciones solo pudo preguntar si estaba alicorada, esta sensación era familiar, me recordaba a aquella que me embargó tras la noticia de mi esposo, esta vez fue tan intensa que el baño frío no pudo sosegar mi malestar.

Sentí en mis carnes algo terrible, algo que no me dejaba descansar, algo que me obligó a recostarme en búsqueda de un sueño que no pude conciliar durante toda la noche. Dentro de mi no sabría predecir un hecho fatídico, pero si existe algún sentimiento o sensación receptiva ante un suceso de tal calamidad, solo podría describirlo como la vivencia de aquella noche, tesis que ahora puedo soportar, desde la terrible experiencia de perder a una hija, porque esa noche mi hija se había marchado para nunca regresar.

Desde casa mortificada espere el regreso de mis hijos que llegarían de Uribía. Al llegar les pregunté por Zuka, me confirmaron que habían escuchado que ella había estado cerca a la tumba de su padre, y, que se dirigiría a Valledupar, esto sin haber comprobado su asistencia al festival wayúu. Sin embargo, las palabras de sus hermanos me brindaron tranquilidad, con el pasar de los días le resté importancia pues comprendía que los trayectos son largos y comunicarse no era una tarea fácil.

NN.

Con el pasar de un par de días la inquietud se convirtió en desespero, con el tercer día el desespero se trasformó en agonía y a la semana, la agonía me había consumido, todo porque entre el veintinueve y el treinta de Mayo una indígena se acercó a mi casa, se acercó a mi puerta. Su saludo fue una cordialidad bastante premeditada, que hoy entiendo, había sido enviada con malas noticias.

Esta indígena que se había acercado, me saludó e informó que cerca al corregimiento de Cuestecitas habían asesinado a varias jóvenes indígenas por lo que preguntó por Irina; la posibilidad de que una de esas jóvenes fuese mi hija, me llevó a perder el control, desconsolada por la angustia y por impulso de madre, tomé camino hacia Cuestecitas, recuerdo el recorrido en bus, estresada, incómoda y afligida en todo sentido, rezaba constantemente  por el bienestar de mi hija, esperaba que la tragedia no se cruzara en mi camino.

Ya en Cuestecitas, le pedimos unos amigos de la familia que tenían carro el favor de llevarnos a hacer las diligencias de verificación ante las autoridades del cuerpo que presuntamente fuese mi hija, aún recuerdo como guardaba esperanzas de que mi hija estuviese en nuestro hogar preguntando por su madre; nos acompañaban familiares míos y conocidos de Irina. Con nosotros se encontraba un policía que tenía mucho cariño por ella, hasta que llegó la información: acabábamos de recibir las descripciones físicas que coincidían con el cadáver NN de una mujer adolescente en la morgue del pueblo.

Las descripciones del primer informe coincidían con los rasgos de la joven alegre que había partido hacia el festival indígena hace casi dos semanas; acompañados por el fiscal y el oficial nos dirigimos a la Jurisdicción de Policía con foto en mano, preguntamos al inspector encargado de la estación si la joven mujer que habían encontrado asesinada coincidía en sus rasgos con Irina, el oficial nos negó el conocimiento con exactitud y nos envió a confirmar la dramática posibilidad en la oficina de medicina legal con sus respectivos funcionarios.

Yo personalmente pude comunicarme con una funcionaria, quien al parecer había bañado al cadáver. Fue ella quien identificó a Irina en la fotografía. Ella confirmó que mi hija había sido asesinada y que se encontraba en la morgue, sus palabras: “Si señora, esa es su hija” eliminaron la incertidumbre y angustia de mi ser, pero dieron paso al dolor más intenso que jamás había sentido, uno que ,acompañado del hormigueo, se somatizaba entre mi llanto y mis nerviosos huesos,  inmediatamente los nervios se apoderaron de mí, empujé a la funcionaria de un lado al otro de la habitación mientras la Policía intentaba controlarme y consolarme mientras yo negaba y maldecía a los cielos bajo  el escándalo de los gritos, las lágrimas interminables y un inexpresable vacío que me hacía buscar en mis adentros alguna explicación o forma de consuelo para el inmenso dolor.

  • Había pasado una hora y tuve que pausar la grabación, sentí el vacío que ella sintió. Mientras una lágrima se abrió paso entre nuestros gestos, ella lloraba y yo no podía evitar vivir su experiencia a través de su voz; señalé aquel vaso que le había brindado cuando el aire se hizo escaso al mencionar los cinco impactos, ella tomó un sorbo y se quebró mientras sin saber que hacer recurrí a consolar a quien muy probablemente haya sido consolada millones de veces.

Tras un par de minutos ambos nos recuperamos y con una sonrisa tímida y con esa humildad tan suya, se excusó y yo solo me sentí culpable por haber requerido su relato, secó sus lagrimas e indico que estaba lista para continuar denotando se admirable valentía, observó mi grabadora y con un suspiro sonriente dio paso a su leyenda. –

Mi hija de quince años, Irina de Carmen Villero había sido asesinada al parecer por miembros el bloque norte de las autodefensas paramilitares. Bajo el mando de Rodrigo Tovar Alias Jorge cuarenta, había sido víctima al igual que su padre de un crimen saturado de sevicia injustificada luego de haber sido torturada y repetidamente violada para luego ser ejecutada antes de ser arrojada a una fosa común cercana a la carretera del corregimiento de Cuestecitas en la guajira; los hechos indicaron de que al parecer Irina regresaba a nuestra comunidad cuando fue secuestrada por actores paramilitares que, operando en la zona, procedieron a asesinar y violar a diferentes jóvenes en circunstancias similares.

Amnistía internacional

En la inspección de policía requirieron de mi testimonio. Debido a mi estado emocional no fui de gran colaboración. Fue entonces cuando recibí las informaciones respecto a lo que había pasado con el cuerpo de mi hija, al parecer Irina había sido velada gracias a la solidaridad de los habitantes del pueblo quienes se sensibilizaron ante el crimen dándole a mi hija su ceremonia religiosa y tributos póstumos; describir mi estado tras la noticia y lo macabro de los hechos me había colocado en un profundo estado de depresión, mis otros hijos me acompañaban e intentaban apoyarse entre sí tras la prematura marcha de su hermana.

Aun bajo esas circunstancias intenté proveer todo mi esfuerzo por permanecer  fuerte ante la desgracia por lo que agradecí los gestos de respeto y las contribuciones póstumas a la muerte de Irina por parte de los habitantes de Cuestecitas, quienes expresaron haberlo hecho entre la indignación y la familiaridad solidaria que generó la llegada de su cuerpo, que en palabras de una habitante: “Su hija parecía ser una buena muchacha de buena familia” y lo fue; mi hija fue enterrada como NN en una fosa común compartiendo el destino de tantas, pero como ninguna en nuestra memoria.

En casa, encontramos sus preciadas pertenencias y erguimos un altar a sus imágenes, su recuerdo, sus detalles fueron muy duros para nuestra  familia quienes también quedaron devastados ante lo sucedido. Le pedí a mi hijo mayor que se encargará de las diligencias para retirar el cuerpo de Irina  y en el cementerio de Riohacha nos dispusimos a darle sepultura al cuerpo, pero antes de aquello yo debía ver a mi hija por ultima vez, recuerdo que tomé un cuchillo y perfore las bolsas de polietileno para confirmar que aquel fuese el cadáver de mi Zuka.

Yo no la quería dejar ir, no quería dejar de aferrarme a cada detalle de sus restos siendo estos lo último que sentiría de mi hija, los presentes me sostuvieron y retuvieron con fuerza mientras el dolor embargaba mi ser y a pesar de mis sollozos exigiéndola a mi lado, Irina debía irse. Ninguna madre debe enterrar a un hijo es muy doloroso, casi indescriptible: la muerte en vida; un fiscal acompañó la diligencia mientras la bóveda se cerraba con el nombre de mi hija, por lo que la imagen de Irina del Carmen Villero Díaz marchándose, hizo aún más definitiva nuestra despedida.

Me llevaron a casa, al ingresar me enfoqué en su altar entre el malestar que me acongojaba. En esos días de luto reflexioné y descansé de mi angustia, me encontraba muy debilitada.; El pasar de las semanas fue una labor compleja, llevar cada día era una odisea, personas venían a hacerme compañía, otras a indagar respecto a los hechos, generé desconfianza ante las personas, perdí mucho peso y estaba constantemente agobiada por la compañía. En las noches salía al patio entre lágrimas y gritos, llamando su nombre y pidiendo por Zuka.

Un número más.

Semanas después de la tragedia, empezaron las amenazas y los hostigamientos Psico-verbales contra mi familia y mi persona, indirectamente presionaban con preguntas respecto a los acontecimientos. Tengo la certeza de esto luego de haber experimentado las visitas sospechosas, llamadas a mi hogar y una presión invisible sobre mí por lo que no tuve más remedió que aceptar una invitación que había recibido previamente por parte de una señora de la capital quien prometió ayudarme porque  conocía a Irina, era una oportunidad para alejarme de ese guión macabro y  enfocarme otra vez.

Con el aval de mis hijos y allegados de la familia me desplacé hacia Bogotá bajo un hecho que significaría una nueva etapa de mi vida y un nuevo termino para definir mi situación: Ahora sería una desplazada más del conflicto porque me vi envuelta en una seria de situaciones que generaron temor en mi persona, el recuerdo de mí hija y las tragedias que había vivido en mi tierra me llevaron a salir de ahí en busca de nuevas alternativas, nuevos horizontes y básicamente sobreponerme ante los horrores y tragedias del último año.

Ya en Bogotá, experimenté el acoso implícito en ser un desplazada, viví persecuciones, pasé más dificultades, y, en más de una ocasión, me ví envuelta en hechos violentos e intimidantes por parte de aquellos; solo puedo describirlos así dado que no decían representar directamente a algún actor legítimo o ilegal, o ambas. Sin embargo, viví experiencias en las que fui retenida y maltratada por ellos mientras que era investigada. Con los años recuperé mi habilidad para fabricar manualidades y artesanías, mis hijos llegaron a Bogotá y con el tiempo encontré el instrumento para poder expresar mi clamor de víctima del conflicto armado a través de las organizaciones y movimientos de reconstrucción de memoria.

El colectivo de abogados me ha brindado el acompañamiento en cada caso, como víctima del asesinato de mi esposo, como víctima de la tortura violación secuestro y asesinato de mi hija y como desplazada del conflicto que azotó mi región y me trajo hasta aquí. He recibido apoyo de varias organizaciones dedicadas a darnos una voz, he conocido tantos casos como personas en mi vida; desde el año 2005 compartí mis vivencias y con las organizaciones a las que pertenezco he reforzado mi confianza en los principios de las víctimas y nuestro fin al remembrar la crueldad de la historia en demanda de que no haya más impunidad, sino una paz justa.

Cada momento, cada vivencia, cada sonrisa, cada lágrima y lo implícito en cada silencio me han traído hasta aquí. Desde 2005 he cambiado y determinado mi vida en torno a ese ideal que buscamos, pasando por aquella desolación al perder lo más preciado de mi ser, a encontrar en esa adversidad la fuerza necesaria no solo para resistir sino también para dar la réplica ante aquellos que han sido injustos, que han sido crueles e inhumanos en tiempos de violencia e impunidad. Mi lucha está en narrar mi leyenda, dar testimonio de aquellos que no nos acompañan, validando mi perspectiva de esa realidad que tantos colombianos hemos cargado a cuestas en nuestros hombros.

Hombros llenos de tragedia, de dolor, de memorias, de recuerdos y sobre todo de historia. Yo soy Blanca Nubia Díaz, soy víctima del conflicto interno armado colombiano, yo reconstruyo memoria en cada palabra, pues cada verso de mi historia, es historia patria.

__________________________________________________________________

Blanca Díaz es ejemplo de aquella realidad que nos ha sido infundida como colombianos, esa que todos creemos conocer de memoria pero en realidad tememos comprender en profundidad, su historia es la historia de vida de una mujer ejemplar, inmersa sin querer, en las vicisitudes de un conflicto que creemos entender pero no sabemos explicar, el mismo que por casi sesenta años ha definido nuestro rumbo como nación. Es por aquella sentencia napoleónica que nos recuerda que “aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla” que encontramos pertinente profundizar en nuestras víctimas, pues son las verdaderas héroes y heroínas del conflicto donde la voluntad ha desplazado a la razón. En tiempos de paz el clamor de las víctimas será el de paz justa.

 Carlos Eduardo Quiñonez

Revista Entre líneas

Most Popular

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

More from Author

Negocios Sostenibles: Cómo Integrar la Ecología en tu Empresa

Cómo Integrar la Ecología en tu Empresa En un mundo cada vez...

La Función de la Sustentabilidad en la Responsabilidad Social Corporativa

Sustentabilidad en la Responsabilidad Social Corporativa La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es...

Las Consecuencias de la Pandemia en el Porvenir Laboral.

La Transformación del Trabajo en la Era de la Pandemia La pandemia...

La Digitalización de la Industria: Oportunidades y Desafíos

Transformación Digital en la Industria La digitalización ha revolucionado la industria en...

Read Now

Negocios Sostenibles: Cómo Integrar la Ecología en tu Empresa

Cómo Integrar la Ecología en tu Empresa En un mundo cada vez más consciente de la importancia de cuidar el medio ambiente, los negocios sostenibles están tomando la delantera. La integración de prácticas ecológicas en tu empresa no solo es beneficiosa para el planeta, sino que también puede...

La Función de la Sustentabilidad en la Responsabilidad Social Corporativa

Sustentabilidad en la Responsabilidad Social Corporativa La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es un concepto que ha cobrado cada vez más importancia en el mundo empresarial en las últimas décadas. Se refiere a la capacidad y la obligación que tienen las empresas de contribuir al bienestar de la sociedad...

Las Consecuencias de la Pandemia en el Porvenir Laboral.

La Transformación del Trabajo en la Era de la Pandemia La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en la forma en que trabajamos y ha acelerado tendencias que ya estaban en marcha en el mundo laboral. En este artículo, exploraremos cómo la pandemia ha remodelado el...

La Digitalización de la Industria: Oportunidades y Desafíos

Transformación Digital en la Industria La digitalización ha revolucionado la industria en todo el mundo, creando oportunidades emocionantes y desafíos significativos para las empresas. En este artículo, exploraremos cómo la transformación digital está cambiando la forma en que operan las industrias y cómo las organizaciones pueden aprovechar al...

Cómo Mantener la Motivación en el Trabajo a Largo Plazo

La Importancia de la Motivación en el Trabajo La motivación en el trabajo es fundamental para mantener un alto nivel de rendimiento y satisfacción laboral a lo largo del tiempo. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, es común enfrentar desafíos que pueden afectar nuestra motivación. En...

Estrategias para Mejorar la Productividad en la Oficina

Productividad en el Entorno Laboral La productividad en la oficina es esencial para el éxito de cualquier empresa. Aumentar la eficiencia y el rendimiento de los empleados no solo beneficia a la organización, sino que también contribuye al bienestar de los trabajadores. En este artículo, exploraremos estrategias efectivas...

El Auge de las Startups: Claves para Emprender con Éxito

El Boom de las Startups Los startups se han convertido en un fenómeno destacado en el mundo empresarial actual. Estas empresas emergentes, a menudo impulsadas por la innovación y la tecnología, están transformando industrias enteras y ofreciendo soluciones creativas a problemas cotidianos. En este artículo, exploraremos las claves...

El Papel de la Ética en la Toma de Decisiones Empresariales

La Importancia de la Ética en los Negocios La ética desempeña un papel fundamental en la toma de decisiones empresariales. En un entorno empresarial cada vez más complejo y competitivo, las decisiones éticas no solo son una cuestión de integridad, sino que también tienen un impacto significativo en...

Como Optimizar la Gestión de Recursos Humanos en Pequeñas Empresas

Optimización de la Gestión de Recursos Humanos en Pequeñas Empresas La gestión de recursos humanos es un componente esencial en cualquier empresa, independientemente de su tamaño. Sin embargo, en el caso de las pequeñas empresas, la optimización de esta gestión cobra aún más relevancia debido a los recursos...

TOP 5: LOS CASOS DE CORRUPCIÓN MÁS SONADOS EN COLOMBIA

La corrupción es uno de los problemas más comunes que día a día aquejan tanto a los organismos del estado, a la economía y a los usuarios. A continuación se mostrarán los 5 casos de corrupción más sonados en la historia político-económica de Colombia Agro Ingreso Seguro Monto estimado:...

FREDDY BELTRÁN: DETRÁS DE LA FACHADA DE COMEDIANTE SE ESCONDE UN HOMBRE QUE JUZGA DESDE SU REALIDAD SOCIAL.

16/01/2014 1,70 de estatura, de constitución ancha, sonrisa espléndida y carisma indiscutible. Así es Freddy Beltrán, parte importante en el elenco de Comediantes de la Noche del Canal RCN, e impulsor de colectas de juguetes en navidad para cientos de niños. Un café y una charla amena bastaron...